178) 25 DE ABRIL: OFRENDAR NUEVAS GLORIAS A QUIEN NOS NIEGA LA LENGUA Y EL AGUA.
162) Llengua Valenciana Blogspot. 25-4-2006.
25 DE ABRIL: OFRENDAR NUEVAS GLORIAS A QUIEN NOS NIEGA LA LENGUA Y EL AGUA.
Ferrer.
¿Se imagina que un alemán judío se sintiera orgulloso de pertenecer a la Alemania nazi? ¿A un sudafricano negro defendiendo la bandera de la Sudáfrica del apartheid? Muy tonto debe ser alguien para amar a un país que le odia por el solo hecho de existir. Lo que en otros nos llamaría la atención no lo hace sin embargo en nosotros mismos. Los valencianos estamos muy orgullosos de ofrendar nuevas glorias a esta España que nos niega la lengua, que no nos da ni una gota de agua y que poco a poco nos está transformando en catalanes del Sur.
A ver si abrimos un poco los ojos. Porque el catalanismo no viene de Barcelona, sino de Madrid. Ahí van unos cuantos ejemplos de lo que podríamos denominar “catalanoespañolismo”, es decir, catalanismo puro y duro que viene de una España que se está destacando por su irredenta antivalencianía. La Real Academia Española (española sí, no catalana no, española), define el término “valenciano” como “variedad del catalán, que se usa en gran parte del antiguo reino de Valencia y se siente allí comúnmente como lengua propia”. Eso la admirada RAE.
El Partido Popular (que tanto ama a España) y el Partido Socialista Obrero Español (no catalán no, español) han creado la Academia Valenciana de la Lengua Catalana que dice que el valenciano no existe. Precisamente gracias a esta academia creada por partidos españoles (no catalanes no, españoles), el Tribunal Supremo (con sede no en Barcelona no, sino en Madrid, la capital de España) ha reestablecido la convalidación de los títulos de valenciano y catalán, lo que implica que para este tribunal (español) se trata de una única lengua y no de dos.
Y el rey que con su firma ha autorizado un Estatuto de Autonomía que convierte el valenciano en catalán es Juan Carlos I, el rey de España (no rey de Cataluña no, rey de España). Ese mismo rey de España al que nunca en 30 años de reinado hemos escuchado hablar a favor de la independencia de la Lengua Valenciana (no digamos ya decir unas palabras en valenciano). Y cuando no, tenemos a manchegos y aragoneses (que no son catalanes sino españoles) con su “ni una gota de agua para los valencianos”. Una españolada detrás de otra.
¿Pero cómo puede alguien que se haga llamar valencianista y que ame a su tierra amar a esta España? ¿Ofrendar nuevas glorias a esta España? ¿Es que nos hemos vuelto locos o qué, señores? España nos está transformando poco a poco en catalanes del Sur y nosotros orgullosos de nuestra españolidad. ¡Ver para creer! Hombre, es que ya estará bien, coño. Aquí nos están dando por el culo desde Madrid todos los días y nosotros ofrendando nuevas glorias a quien nos niega la lengua y hasta el agua. ¿Es que no nos espabilaremos nunca o qué?
No es incompatible que un negro ame Sudafrica. Pero sí que un negro antiracista ame la Sudáfrica del apartheid. No es incompatible que un judío alemán ame Alemania. Pero sí que un judío sionista ame a la Alemania nazi. No es incompatible que un valenciano ame a España. Pero sí que lo es que un valencianista ame a esta España que se caracteriza por ser catalanista y antivalenciana. Y por amar a España, por votar a partidos españoles, por querer ser más españoles que nadie los valencianos acabaremos siendo catalanes del Sur.
Ojo, que nadie se equivoque: en ningún momento he defendido en este artículo una tesis independentista. Quien así lo crea que lo relea y verá que no he afirmado nada de eso. Lo único que digo es que una cosa es ser español y otra español a toda costa, incluso al precio de dejar de ser valenciano. Que una cosa es ser español y otra ser gilipollas. Si no queremos ser la quinta provincia de Cataluña tendremos que ofrendar más glorias a Valencia y menos a España. De lo contrario, Valencia acabará siendo una mierda catalana pinchada en un palo.
http://llenguavalenciana.blogspot.com/
25 DE ABRIL: OFRENDAR NUEVAS GLORIAS A QUIEN NOS NIEGA LA LENGUA Y EL AGUA.
Ferrer.
¿Se imagina que un alemán judío se sintiera orgulloso de pertenecer a la Alemania nazi? ¿A un sudafricano negro defendiendo la bandera de la Sudáfrica del apartheid? Muy tonto debe ser alguien para amar a un país que le odia por el solo hecho de existir. Lo que en otros nos llamaría la atención no lo hace sin embargo en nosotros mismos. Los valencianos estamos muy orgullosos de ofrendar nuevas glorias a esta España que nos niega la lengua, que no nos da ni una gota de agua y que poco a poco nos está transformando en catalanes del Sur.
A ver si abrimos un poco los ojos. Porque el catalanismo no viene de Barcelona, sino de Madrid. Ahí van unos cuantos ejemplos de lo que podríamos denominar “catalanoespañolismo”, es decir, catalanismo puro y duro que viene de una España que se está destacando por su irredenta antivalencianía. La Real Academia Española (española sí, no catalana no, española), define el término “valenciano” como “variedad del catalán, que se usa en gran parte del antiguo reino de Valencia y se siente allí comúnmente como lengua propia”. Eso la admirada RAE.
El Partido Popular (que tanto ama a España) y el Partido Socialista Obrero Español (no catalán no, español) han creado la Academia Valenciana de la Lengua Catalana que dice que el valenciano no existe. Precisamente gracias a esta academia creada por partidos españoles (no catalanes no, españoles), el Tribunal Supremo (con sede no en Barcelona no, sino en Madrid, la capital de España) ha reestablecido la convalidación de los títulos de valenciano y catalán, lo que implica que para este tribunal (español) se trata de una única lengua y no de dos.
Y el rey que con su firma ha autorizado un Estatuto de Autonomía que convierte el valenciano en catalán es Juan Carlos I, el rey de España (no rey de Cataluña no, rey de España). Ese mismo rey de España al que nunca en 30 años de reinado hemos escuchado hablar a favor de la independencia de la Lengua Valenciana (no digamos ya decir unas palabras en valenciano). Y cuando no, tenemos a manchegos y aragoneses (que no son catalanes sino españoles) con su “ni una gota de agua para los valencianos”. Una españolada detrás de otra.
¿Pero cómo puede alguien que se haga llamar valencianista y que ame a su tierra amar a esta España? ¿Ofrendar nuevas glorias a esta España? ¿Es que nos hemos vuelto locos o qué, señores? España nos está transformando poco a poco en catalanes del Sur y nosotros orgullosos de nuestra españolidad. ¡Ver para creer! Hombre, es que ya estará bien, coño. Aquí nos están dando por el culo desde Madrid todos los días y nosotros ofrendando nuevas glorias a quien nos niega la lengua y hasta el agua. ¿Es que no nos espabilaremos nunca o qué?
No es incompatible que un negro ame Sudafrica. Pero sí que un negro antiracista ame la Sudáfrica del apartheid. No es incompatible que un judío alemán ame Alemania. Pero sí que un judío sionista ame a la Alemania nazi. No es incompatible que un valenciano ame a España. Pero sí que lo es que un valencianista ame a esta España que se caracteriza por ser catalanista y antivalenciana. Y por amar a España, por votar a partidos españoles, por querer ser más españoles que nadie los valencianos acabaremos siendo catalanes del Sur.
Ojo, que nadie se equivoque: en ningún momento he defendido en este artículo una tesis independentista. Quien así lo crea que lo relea y verá que no he afirmado nada de eso. Lo único que digo es que una cosa es ser español y otra español a toda costa, incluso al precio de dejar de ser valenciano. Que una cosa es ser español y otra ser gilipollas. Si no queremos ser la quinta provincia de Cataluña tendremos que ofrendar más glorias a Valencia y menos a España. De lo contrario, Valencia acabará siendo una mierda catalana pinchada en un palo.
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