martes, marzo 20, 2007

308) ¿EN QUÉ SE PARECE UN ZOMBI, UN VAMPIRO Y EL ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS?

Espanya s'ha convertit en un estrany regne de taifes.

207) Llengua Valenciana Blogspot. 20-3-2007.
¿EN QUÉ SE PARECE UN ZOMBI, UN VAMPIRO Y EL ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS?
Ferrer.


En que los tres son muertos vivientes. Sé que no pocos valencianistas defienden este modelo de estado. A mí me parece que es insistir en una guerra perdida. Pero no por el hecho en sí de que estado de las autonomías me guste más o menos, o esté a favor o en contra sino sencillamente porque se pretende es reanimar a un cadáver. El estado autonómico ha devenido en estrepitoso fracaso. A los hechos me remito: todas las comunidades están enfrentadas entre sí, no hay ni una sola autonomía que no se lleve mal con las de al lado, sea por lengua, agua, rivalidades territoriales, etc. Todos contra todos. El estado de las autonomías ha sido volado desde dentro. No tiene sentido insistir en un muerto en vida.Veamos algunas de las chapuzas perjeñadas en el año 1978.

1) Se crearon de la noche a la mañana autonomías que nunca antes habían existido (Madrid, La Rioja).
2) Por contra, a otros pueblos merecedores de la autonomía se les fue negada (Reino de León).
3) Se crean dos Castillas, cuando si atendemos a la historia realmente tan sólo debería haber una.
4) La Constitución deja las puertas abiertas a que Euskadi se anexione Navarra.
5) Sin embargo, no hace ninguna referencia a que Gibraltar se pueda incorporar a España.
6) Se tilda de nacionalidades históricas a pueblos que jamás fueron reinos soberanos (Galicia, Cataluña, Euskadi).
7) Por contra, a los antaño reinos soberanos (Castilla, Aragón, Navarra, León, Baleares, Valencia o Murcia) se les niega dicho estatus de nacionalidad histórica.
8) A Euskadi y Navarra se les concede el privilegio de mantener su foralidad, que le es negada a Valencia, Aragón o Baleares.
9) Se crea un mecanismo de solidaridad interterritorial eclusivamente para transferencias de capital y no se habla de solidaridad en general, lo que conllevaría haber de compartir también otros bienes, de ahí que los valencianos paguemos las pensiones a unos aragoneses que chillan que a los valencianos, ni gota de agua.
10) Se crea por la Constitución una vía especial por la que hay cuatro autonomías privilegiadas (Galicia, Euskadi, Cataluña y Andalucía) y una vía normal para todas las demás, en un agravio comparativo. A partir de la legitimación de las desigualdes ha venido la discordia. De aquellos polvos, vienen estos lodos.


En fín. Que el estado de las autonomías es una chapuza. Que lo que mal empieza mal acaba. Que como está mal diseñado desde el principio sólo puede derivar en lo que está derivando: conflictos internos, divisiones, café para todos y crispación... Muchísima crispación. El estado de las autonomías está sometido a una tensión tan grande que lo hace inoperativo. También la Constitución Española de 1978 se rebela claramente inútil. La mayor prueba de su fracaso es que 30 años después aún estamos debatiendo qué es España: unos dicen estado, otros nación, otros estado-nación, estado plurinacional, nación de naciones... Para todos los gustos y colores. Que dicho debate se prolongue en el tiempo tres decenios prueba el amargo fracaso de la Carta Magna de 1978.

Mis pronósticos son claros: con el actual modelo de estado, España seguirá disolviéndose poco a poco como un azucarillo (¿acaso alguien duda de qué esto no esté ocurriendo ya?), hasta el punto de su desintegración (desintegración que si no lo es de derecho, ya comienza a serlo de hecho). Lo de la URSS se puede repetir aquí.


Mi propuesta también es clara. Volver a empezar. Hacer de España un estado federal tipo Estados Unidos como única posibilidad real de apaciguar unas innegables tensiones multilaterales que comienzan a ser insoportables, y donde se corrija los errores expuestos. Hacer las cosas de nuevo. Pero esta vez toca hacerlas bien.

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